Saturday, July 26, 2008

Contrastes

He recibido muchos comentarios acerca de las fotos de mi nueva "casita", esto me lleva muchas veces a sentir cierto grado de culpabilidad de estar disfrutando de la parte agradable de Haiti (las playas, las casas, el Caribe en si mismo) cuando la realidad sigue siendo devastadora y caótica. Nada es color de rosa. Pop sigue sufriendo de los cortes eléctricos, del ruido del generador, de las implacables y gigantes cucarachas kamikazes, zancudos comandos que cada noche atacan deliberadamente y duchas con agua de lluvia recolectada en el pozo.

Soy afortunada y esta experiencia poco tiene que ver con mis inicios traumáticos en la misión en el 2005. Por aquella época empecé en Port de Paix, intoxicada con la comida, durmiendo en el hotel mas asqueroso de mi vida, con un coordinador desquiciado que me mando desplegada solo con un saco de dormir de invierno, sin instrucciones sobre mi trabajo, sin celular ni medios de comunicación, sin un centavo en el bolsillo y me dijo que con tarjeta de crédito estaba cubierta (no existen ni cajeros automáticos ni nada que se pague con tarjeta en región en Haiti). Yo en aquel entonces poco sabia de este país.

En cuanto a Puerto Príncipe (pap) debo señalar que las cosas caminan suavemente en la vida de pop. Vida social limitada, horarios horribles que incluyen turnos de noche a los cuales aun no me acostumbro. Dormir cuando hace calor y todos trabajan y trabajar cuando todos duermen es algo particular.

La situación del país parece un tanto estancada, sin primer ministro, los precios de los elementos de necesidad básica han aumentado notablemente, alto nivel de desempleo, gente agolpada cada día en las puertas de algunas organizaciones para pedir trabajo y varios organismos internacionales repartiendo comida en algunos centros de ayuda a la infancia. A grandes rasgos la situación se ve igual, algunas mejoras, sin embargo queda tanto pero tanto tanto por hacer.

No he sacado fotos como cuando vine la primera vez y cada esquina me impresionaba. Sin embargo no se angustien no me estoy transformando en un ser inmune e insensible a lo que pasa en mi entorno. Ayer descubrí que siempre hay cosas que sorprenden. La primera de ellas es que a las 5 de la madrugada cuando acá en el Caribe ya hace calor y ya es casi de día, en mi calle había un tipo agachado lavándose los dientes con agua de la calle, agua sucia que corría por la acera pero agua necesaria para la higiene del señor. En ese momento sabes que eres afortunado con contar con mucho mas que lo mínimo y que tu día a día no es precisamente buscar como sobrevivir como para mucha de esta gente.


La segunda cosa que aun me espanta y a la cual no le veo salida es la de los niños restaveks ("quedarse con") niños esclavos que por razones de pobreza son entregados por sus padres a otras familias que los pueden criar pero quienes finalmente terminan usándolos como esclavos y mano de obra gratuita (cocinan, limpian, buscan agua, cargan cosas extremadamente pesadas, y son victimas de abusos sexuales). En estos días había una exposición de artesanías realizadas por restaveks que han sido rescatados por organismos que luchan contra este mal. Leyendo algunos testimonios en una entrevista, un chiquito contaba como la patrona escupía cada mañana en el piso de la cocina y le decía que quería que todo estuviera limpio antes de que su escupo se secara. Tarea imposible de cumplir, cada día recibía una paliza. A este mismo niñito le preguntan en la entrevista que actividad es la que mas le gusta y disfruta, su respuesta: "limpiar".

Friday, July 18, 2008

Un gato afortunado


Hace una semana me cambié a mi nuevo hogar. En los tiempos de Cap vivía junto a Javier y Sandra en la Residence Pauline, la casa mas linda del cabo y actualmente vivo en una casa aun mas linda en Puerto Príncipe. A pesar de sentir constantemente cierto sentimiento de culpa por los contrastes tan fuertes, debido a la pobreza en cada esquina, los niños pidiendo dinero en la calle o las protestas que reclaman por el alto costo de vida, y nosotros viviendo tan bien.

La búsqueda de casa fue difícil, estaba a punto de ir a vivir a un condominio que por fuera tenía mas pinta de motel que otra cosa, cuando finalmente fui a ver la casa de Carmen, Luc y Jean Claude y me encantó. Uno de los factores importante en mi elección de hogar fue la presencia de un gato. Me es difícil evitar las comparaciones pero en Cap teníamos a Ti-Bagay (del cual desconozco su actual paradero o si acaso vive o terminó en una ceremonia vudu) y hoy tengo a un simpático felino rubio en casa.

Ti bagay era negrito y venía de una dura experiencia ya que su cola fue cortada por razones desconocidas pero contó con el apoyo de sus enfermeras y madres sustitutas (Sandrinista y Pop). A pesar de que Baturrico y Hermes opinan que era muy feo y no parecía gato, Ti-Bagay (cosa pequeña en creole) era un encanto de mascota y fue dolorosa la separación hace 2 años. El gato rubio supone llamarse Garfield según Carmen (mi colocataire) pero según Marie, la señora que hace la limpieza, dice que el gato no tiene nombre.

Este gato es muy educado, siempre ronronea y solo come galletas de gato. A pesar de que traté que comiera pollo el se rehúsa y es un gato cuico (modismo chileno para decir fresa, “pequebu”, sifrino, etc.…). Espero que mis gatos en Chile no se pongan celosos pero siempre es agradable tener la presencia y el cariño de un animalito. Con o sin nombre, y mas parecido a un Gro Bagay (una cosa grande en creole) mi nueva mascota es parte de los buenos augurios de mi nueva vida en Haití.

Sunday, July 13, 2008

8 millones de niños

En general me gusta escribir en mi blog como una manera de escapar a la cotidianeidad y a los episodios a veces amargos cuando se es testigo de numerosas atrocidades en los países que he tenido oportunidad de conocer. Sin embargo, hay momentos en que es imposible eludir algunas historias. Hace unos días atrás estaba leyendo una noticia sobre niños en la India que desaparecen día a día y no se llega a saber nada mas de sus rastros. Probablemente terminan en otros países trabajando como esclavos en fábricas de Bangladesh, las chicas de castas bajas terminan en prostíbulos, se sabe de los niños chinos forzados a mendigar y tantos otros miles de pequeños forzados a enrolarse en las guerrillas de los conflictos armados.

Niños que desaparecen, que se desvanecen, que no dejan huellas y se los traga este mundo inhóspito. Sean del primer o tercer mundo, van a parar en las manos de traficantes de órganos, prostitución infantil o redes de esclavos. En Alemania, algunas estadísticas apuntan a que cada mes entre 6 y 8 pequeños desaparecen sin dejar rastro. En EEUU, el Centro Nacional de Menores Desaparecidos y Explotados maneja unos datos según los cuales cerca de 58.000 menores son secuestrados cada año por extraños.

En Haití, no solo secuestran a niños de familias pudientes, los pobres también desaparecen sin dejar rastro. Hace un par de días me impactó la noticia de una niña llamada Elysee de tan 4 años que no había regresado a su casa. Al indagar en las circunstancias, la pequeñita fue enviada a comprar algo (anda tu a saber que cosa) a la calle y nunca más regresó. Sus padres reportaron el hecho solo al final del día siguiente evidenciando que ni siquiera se dieron cuenta que la niña no estaba en la noche. A veces es un tema de padres desconsiderados, los niños andan solos por la calle a merced de que cualquier desgracia.

Solo para que se den cuenta, existen hoy 8 millones de niños esclavos en el mundo. Quizás un post no sirve de nada pero al menos hay que estar con los ojos abiertos y no caer en la insensibilidad. Noticias horripilantes como la de las jóvenes afganas que se prenden fuego debido a los maltratos que reciben por parte de esposo que las triplican en edad. Prefieren suicidarse o castigar su cuerpo para dejar de ser atormentadas por estos matrimonios forzosos. Mucho que pensar y sobre todo mucho por hacer. De momento la foto que les dejo es impactante.


Ghulam, una niña afgana que declaró «¿Qué voy a sentir? Nada. No conozco de nada a este hombre». Respuesta dada a la fotógrafa estadounidense Stephanie Sinclair instantes antes de que le tomara una foto junto al que iba a convertirse en su esposo, Mohamed, de 40 años.

Wednesday, July 09, 2008

Typée or not typée o una simple piel roja

Hace unos 6 años atrás, cuando estaba en Paris, mientras estaba en un autobús una señora a mi lado me buscó conversación. Después de haber repasado temas como el clima o la inseguridad, veía en su cara que tenía muchas ganas de preguntarme de donde era. Sin embargo muchos franceses tienen una manera de ser tan políticamente correctos (o racistas encubiertos) que hay ciertas preguntas que no osan hacer. Viéndose enfrentada a que no adivinaba mi origen o procedencia y al no tener yo acento extranjero (tengo que decir que mi francés es bueno) no tuvo más remedio que decirme: “Es usted muy typée” (que tiene cierto tipo).
hjjj
Esta afirmación me causó mucha gracia porque ella dijo eso sin saber que más añadir, temiendo meter la pata. Probablemente pensó que tendría yo un origen de algún país del Medio Oriente, probablemente asustada por los musulmanes y el tema del terrorismo tan de moda desde entonces. Al comentarle que venía de Chile, se vio enfrentada a su propia ignorancia y a preguntarme si pasábamos hambre por allá. En España me llevé igualmente muchas discriminaciones por sudaca.

El tema de ser typée me persigue hace varios años. Mi primo Fabien lo tomó a la risa y creo que yo empecé también a tomarlo así en vez de amargarme simplemente sentir que soy ciudadana del mundo y a estas alturas ya no tengo un país fijo, una nacionalidad estable, solo un pasaporte y muchas influencias. La palabra typée no existe en el diccionario pero la gente se refiere a tener cierto tipo (asiático, negro, latino, árabe, etc…). Desde pequeña me han asignado que parezco esquimal, vietnamita, filipina o india. Más grande me han preguntado si era de Marruecos, Argelia o Irak. Hace un par de meses pasé por Nepalesa o India (Philion insiste que parezco de Sri Lanka). Anoche ya fue el colmo cuando me preguntaron si venía de algún lugar de África o había vivido allá. A pesar de no ser negrita, me dijeron que mi personalidad se asemejaba a las africanas!!!!! jajajajaj. Un mal momento de la misión hace 2 años atrás fue cuando un canadiense imbécil le dijo a otra chilena más blanquita que yo que no entendía que viniéramos del mismo país siendo ella blanca y yo una “piel roja”. Quizá a este tipo nadie le ha explicado que no estamos en el far west bajo la colonización.

En fin ya he pasado por muchas historias y finalmente que puedo decir…soy latina, nacida en Colombia, criada en Venezuela, de padres y genes chilenos (mezclados con italianos y griegos y algún local chilensis aborigen que los familiares nunca consideran incluir en el árbol genealógico). Lo positivo es que esto tiene ciertas ventajas y en este mundo globalizado estoy comprendiendo finalmente que tengo que aprovechar mi tipo exotique.

Los indios que trabajan en comunicaciones se emocionan conmigo así que soy la consentida cada vez que tengo problemas con mi computador los llamo y llegan en 5 minutos. Los filipinos siempre son atentos conmigo y soy casi una mas de ellos. A los nepaleses los tengo impresionados con mis conocimientos de Nepal (están apunto de darme la nacionalidad, cosa fascinante me encanta su país). Enfin.......Pop ciudadana del mundo.

Friday, July 04, 2008

La vida capitalina


Esta noche me pasaron por fin un camionetón, así que venía yo por la avenida John Brown manejando como en los viejos tiempos. Es difícil re-acostumbrarse a esto de las calles sin iluminación y tratar de ver que no haya nadie en el camino ya que escasamente se logra divisar a las personas en la oscuridad.

Puerto Príncipe está carísimo hay que decir que los precios de las viviendas, la comida, todo ha subido y si bien es cierto que la gasolina ha subido en todas partes del mundo acá se aprovechan, uno paga precios como si vivieras en una capital desarrollada de Europa. La vida acá en la capital no tiene nada que ver con nuestro estilo de vida del 2006, cuando la sección electoral estaba en sus respectivas regiones con sus líos de cortes de luz, o falta de variedad en los productos y alimentos. En esa época me acuerdo de mis latas de atún, los macarronis and cheese de Sandra o del javi con su soupe de Giraumon el domingo. Acá es la variedad total del supermercado como cuando veníamos a Pap de vez en cuando y parecíamos pueblerinos asombrados solo por ver mantequilla en los aparadores. Debo reconocer que me he acostumbrado al estilo de la capital rápidamente y me he inscrito en el gimnasio donde iba Phillion, ¿que locura no? Pop en el gimnasio en clases de spinning….

Por otra parte, regresar es volver a las imágenes de pobreza, de la gente pidiendo plata en la calle, sobre todo los niños y ayer justo al salir del supermercado me esperaba mi pequeño cuidador de autos, de tan solo 8 añitos y me dijo que no quería dinero que prefería irse conmigo en el auto, que simplemente lo llevara a vivir conmigo.

¿Uno nunca se acostumbrara a esto, no?Con tristeza me subo al camioneton, ya es hora de volver a la oficina y pasarle el auto al colega francés que no quiere irse a su casa en el dispatch como todo el resto de nosotros.