Entre juegos políticos, trampas y desencuentros estas elecciones parecen no llegar. Hasta el 6 por la noche creo que seguiremos sintiendo la angustia de no saber que pasa. En fin así es la política, así son las cosas tan solo espero que esta situación no tenga nada que ver con los parecidos de Rwanda en el sentido de una misión que no supo prever los escenarios futuros y ya era muy tarde cuando se dieron cuenta de que todo se venia abajo.
Entre las urnas, estará la inestabilidad, la incógnita de no saber porque se llevan a cabo estas elecciones en un ambiente político tan extraño. El hotel de la película de Someday in April, el Mille Coline se parece el Mont Joli o al Montana de Pap. Con tal que no terminemos tomando agua de la piscina y nos evacuen si esto se pone difícil. Es lamentable que todo esto este ocurriendo. La comunidad internacional no logra cooperar con conducir este país a alguna mediación o salida de la crisis política. Los políticos haitianos parecen no querer cambiar de enfoque y aquí todo es valido para lograr que tan solo uno se lleve el poder.
Haití es un caos, un lugar soleado en donde cualquier elemento trae consigo una tormenta que luego se transforma en tsunami. Haití es vudu, con ceremonias y ritos incomprensibles para el blanco, sus habitantes tratados como zombis por una clase política oportunista y ciega de poder. Haití es triste en cada rincón repleto de basura donde sientes que la esperanza se ha perdido hace tanto tiempo. Haití no tiene fe, nadie cree en nadie, quien puede creer en Haití? En Haití todo se desmorona y la frustración de no saber que hacer cuando te das cuenta que Haití es una isla, una isla incomprendida, un naufragio permanente en esta isla que se hunde…
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