Los días pasan y la inspiración haitiana ha tardado en llegar. Sin embargo algo agradable ocurre cuando encuentro pedacitos de Nepal en mi vida en Haití. Han pasado 3 meses desde que dejé Katmandú y creo que apenas empiezo a digerir lo que significó estar en el país de las alturas, de los inciensos y de las apasionantes luchas políticas. En Haití, trabaja un contingente de alrededor de 500 cascos azules de Nepal. Tengo 2 colegas militares muy simpáticos de ese país y me invitaron a su entrega de medalla el otro día. Usualmente estos actos llenos de invitados tienen a parte de la entrega de medallas, un brindis de honor y poco mas que eso. Sin embargo los nepaleses se esmeran por tener un acto mucho mas cultural, y tuvieron bailes típicos del país, de distintas regiones, una muestra de artes marciales, el baile del kukuri (típico cuchillo de Nepal) además de la comida picante.
Obviamente mi look nepalí mas mis conocimientos del “deep Nepal” y mi escaso pero eficiente vocabulario han ayudado a que estos nuevos amigos me paseen por la base militar y además pueda yo volver a degustar la comida típica, los cigarrillos y escuchar pop nepalí e indio. Los nepaleses son profundamente respetuosos y alegres, contentos de que yo conozca su país, he recibido inclusive agradecimientos por haber colaborado al proceso democrático de su país. Yo solo cumplí con mi trabajo y les he aclarado que no hay nada que agradecer.
Obviamente mi look nepalí mas mis conocimientos del “deep Nepal” y mi escaso pero eficiente vocabulario han ayudado a que estos nuevos amigos me paseen por la base militar y además pueda yo volver a degustar la comida típica, los cigarrillos y escuchar pop nepalí e indio. Los nepaleses son profundamente respetuosos y alegres, contentos de que yo conozca su país, he recibido inclusive agradecimientos por haber colaborado al proceso democrático de su país. Yo solo cumplí con mi trabajo y les he aclarado que no hay nada que agradecer.
Ayer leí un artículo de la revista YA sobre una monja tibetana exiliada en la capital nepalesa. Tambien hay un articulo sobre una chilena que adopto a una haitiana. Es decir que Nepal y Haiti se asoman y entremezclan en mi día a día. Mientras tanto mi Tara verde cuelga en la pared encima de mi cama para velar por mi sueno y cuidarme de cualquier vudu de por acá. Así es un pedacito de Nepal en Haití endulzándome la vida.
Viaje a Nepal en algún ORB (occasional recovery break) de todas maneras!!!
1 comment:
Hola,
podrías escribirme a mi correo? me gustaría saber mas cosas de Haiti.
Ayer llegaron a nuestras vidas dos preciosidades de allí, y me gustaría saber mas cosas sobre donde han nacido y vivido hasta ayer mismo.
Mi correo es el CRRODRIV@terra.es
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