En Terreno

Empieza mi tercera semana en la localidad de Boaco, zona central de Nicaragua. Este departamento se dedica a la actividad ganadera y a pesar de ser un área mayoritariamente rural y lluviosa los caminos son más transitables que los haitianos.

Este año ha sido sin duda de recorrer, caminar, aprender, observar y descubrir dos países muy distintos y realidades políticamente interesantes. Volver al terreno tiene sus pro y sus contra, de regreso a las zonas con mosquitos y zancudos, volver a usar repelente, lluvias que dejan los caminos llenos de lodo. En un recorrido a pie el viernes pasado, casi pierdo mi zapatilla en el lodo. Excesivamente difícil ha sido lavarla con los cortes de agua. Me acuerdo entonces cuando perdí mi chala (hawaiana, chola o sandalia) en un río en Dondon en Haití. Regresar al terreno es eso, vivencias e imágenes de situaciones a veces chistosas que tienen que ver con hacer un trabajo que pocas personas encuentran la oportunidad de hacer en la vida. Quizás al final de mis viajes tenga un inventario de calzado perdido en circunstancias laborales.

El terreno significa también regresar a los cortes de luz y agua, las comidas improvisadas probablemente desequilibradas y es volver también a dedicarle cierto tiempo al blog.
Estando “aislada” quizás el blog se convierte en la comunicación con el mundo exterior. Siento que pasan tantas cosas en el mundo y aquí en este país sin duda las elecciones son el centro de atención.

Mi interés por Haití sin duda ha disminuido al enterarme de las malas condiciones en que esta trabajando la pobre sección electoral. Lo positivo es cerrar el capitulo haitiano en lo personal, guardar los buenos y memorables recuerdos, las fotos y todas las vivencias de los amigos, colegas, mascotas y aventuras vividas en la isla. Lo negativo es sentir aun cierta nostalgia, recuerdos que vuelven a mi mente todos los días pero sobre todo saber que algunas personas que aprecio aun están allá mientras el barco naufraga, ellos se quedaron estoicos trabajando en condiciones difíciles y estresantes.

Esta nostalgia quizás la siento marcada por las comparaciones que inevitablemente se hacen estando acá. Sin embargo las buenas noticias son que Sandrinista quizás venga por estas tierras también, ojala la voluntaria y franchute lo logren. De cualquier modo los veré en Chile por si alguien más se quiere unir a la patota. Aun persiste la incertidumbre de que vendrá después de Nicaragua….quizás Venezuela, Chile? Quien sabe de momento estoy en “terreno” aprendiendo en pil del mundillo de la observación.