¿Como retomar el blog después de tantas cosas que han pasado?
Estoy de regreso en Pap después de casi un mes fuera. Me fui de Haití a Santo Domingo para buscar a Guido y llevarlo a su casa en Italia. Es de las cosas mas difíciles que me han tocado en la vida. Un largo viaje rumbo a Europa repatriando los restos mortales de mi querido Guido…
Esta mañana tome café en casa de Carmen y Luc y recordé la época que viví ahí cuando éramos roomates. Inmediatamente recordé que fue justamente ahí que un día domingo de julio del 2008 llegaron Hermes y Guido a buscarme para ir a almorzar. Ahí apareció Guido, nuestro Gigi tan simpático y lindo. Nuestra amistad empezó ese día y fue inmediata. Para quienes creemos en vidas pasadas fue realmente como reencontrarse con un amigo de siempre.
Y quizás el problema para mí ahora es justamente este lugar plagado de recuerdos. Jorge no quiere que hablemos mas del terremoto ni de tragedias pero como no hacerlo si las calles están llenas de edificios a punto de caer. Como no recordarlos cada día que pasa si cada vez que paso frente a la casa de Andrea, o los restos de Caribean market regresa ese vacío en el corazón y se me llenan de lagrimas los ojos.
Aun recuerdo el ultimo post de Guido en su Facebook (“too much ceviche…”), recuerdo el ultimo correo de Toni, la ultima llamada de Andrea, la ultima sonrisa de Cleiton, el ultimo café con Laurent… Fueron 101 colegas, amigos, colaboradores, conocidos. Perder 101 de un solo golpe ha sido demoledor.
Creo que quizás son demasiados recuerdos y lo difícil es vivirlos en este escenario tan desolador.
La población local regresó rápidamente a sus actividades. Los mercados locales tienen su variedad de productos, el transporte publico colorido y repleto como siempre, los vendedores ambulantes y los restoranes sobrevivientes abrieron ya al público. Sin embargo en cada rincón de la ciudad hay campamentos, carpas improvisadas sujetadas por plásticos y al interior familias enteras. Antes la pobreza y la precariedad eran pan de cada día pero ahora esa precariedad esta cubierta por plásticos o sabanas. Si bien es cierto que la comunidad internacional hace lo suyo y algunos campamentos están bien organizados y tienen buenas instalaciones, la mayoría de la gente sigue durmiendo en las calles en condiciones difíciles que a la primera lluvia fuerte sufrirán profundamente. El panorama es complejo, la ciudad sigue marcada por la destrucción y el desamparo. De noche es aun peor, todo oscuro y vacío.
Los días pasan lentos y cada día hay que improvisar donde dormir hasta que encuentre un alojamiento un poco mas estable. Mi lindo apartamento que compartía con Jessica lo devolví al quedar muy lejos de la base y sobre todo por los recuerdos de una vecina fallecida, la ausencia de Jessica y los recuerdos de amigos que nos visitaban. A veces me quedo donde Fatou y Aspa, otras donde Carla. Trato de no pensar mucho en ellos, en los que perdimos y agradezco que me queden Carla, Carmen, Jorge, Beatriz, Manuel, Fatou, Aspa, Hermes y muchos otros.
Hoy dormiré en el barco en altamar que alquila la misión, como no nos van a llamar turistas me pregunto. Hace un calor horrible al interior pero al menos hay cama limpia, ducha propia y una cena caliente. Vivir en un barco era lo que me faltaba. La verdad es agotador, surrealista y extrano. Me da miedo otro terremoto y ahora tengo que pensar hasta en tsunamis. No se cuanto tiempo podré vivir así…
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